Efectos intensos 11 de Agosto 2010
Desde hace más de un mes se está produciendo una gran cuadratura entre varios planetas, un hecho astrológico inhabitual y que viene describiéndose en la web desde hace algunos años. La imagen que veis corresponde a su posible punto álgido, el 11 de Agosto de 2010.
Faltaríamos a la verdad si dijéramos que los efectos de dicha configuración serán poco perceptibles, pues los veremos a todos los niveles. Nos llega una oportunidad para desechar todo aquello que esté caduco, las viejas estructuras, lo antiguo e inservible, para dar paso a nuevas formas de hacer rodar el mundo. Sólo con eso estamos más que servidos…
Si estamos suficientemente conscientes, será más sencillo. Tocan cambios para mejorar y evolucionar. El Alma debe ser la protagonista de la consciencia, y resistirse a ello puede resultar peor: nuestro propio planeta pasa por esa fase evolutiva. Nosotros, como integrantes de él, estamos involucrados. Los cambios serán en lo personal, lo familiar, lo social, y también de alcance mundial. Es una cuestión de soltar lastre, de eliminar aquello que ya no nos sirva para el futuro.
Las energías que se van a generar provienen principalmente de los planetas Saturno, Plutón, Urano y Júpiter, bastante lejanos a la Tierra y de ciclo lento. Por ello dicha configuración es más especial, pues debido a la lentitud de sus órbitas es muy difícil que concuerden todos ellos en una cuadratura, y menos de un modo tan sincrónico.
Al ir tan lentos, cuando cuadran mantienen ese aspecto durante un tiempo prolongado. Por ejemplo, Urano y Plutón llevan ya más de dos años cuadrando. Es realmente curioso que justo ahora se de una configuración y una figura astrológica que no se ha dado en siglos.
A modo introductorio, una cuadratura se define como un mal diálogo entre dos planetas. Cada uno tiene su modo de actuar. Cuando dos cuadran, sus energías no se entienden. La Astrología Evolutiva entiende las cuadraturas como oportunidades para detectar defectos, errores y carencias, para así poder comprenderlas desde la propia vivencia e integrarlas y solucionarlas.
Esta es la cuadratura que se va a dar, teniendo su punto cumbre entre finales de Julio y principios de Agosto. Aquí aparecen sólo los planetas implicados para una mejor identificación:
Esta es una cuadratura conocida como “Cuadratura en T”. Plutón está a la derecha, con forma de cetro y en rojo. A la izquierda Júpiter (con forma de 4) y Urano, en conjunción. Y en la parte inferior Saturno y Marte, también en conjunción.
Plutón está en los primeros grados de Capricornio, signo que gestiona las estructuras clásicas y antiguas, el poder y la ascensión social. Plutón es un renovador, un catalizador y drenador de todo lo caduco. No va con cuidado, se carga todo lo que considera que no es válido sin contemplación ni tacto alguno.
En este caso, efectuará un barrido importante en toda aquella estructura antigua que haya dejado de servir y de ser útil al ser humano, y que haya estado atendiendo sólo a intereses personales y egoístas.
Urano está en Aries. Va a cuadrar con Plutón unos dos años más. Urano también desecha aquellas partes que no sirven, aunque de un modo diferente: sabe encontrar la forma más original e insospechada para hacerlo, es la revolución. No es el símbolo de la guerra, pero si el símbolo de la rebelión para conquistar una libertad que merecemos y que nos está siendo negada sistemáticamente.
Urano tirará por tierra todos los valores establecidos hasta hoy, y dicha libertad será alcanzada también internamente. Es decir, en el trabajo de cada uno se sembrará el futuro de todos. Y en Aries, alcanzará un nivel de fuerza y energía altos.
Saturno está en los primeros grados de Libra. Cuadra también con Plutón y oposiciona a Urano, y se va a mantener así también por un par de años. Saturno es el maestro de la estructura, de lo establecido, de los límites. La frontera entre nuestra personalidad y el Alma, el que deja cruzar de un lado al otro.
Cuadrando con Plutón y oposicionando a Urano, encontraremos que su intención de mantener estructuras estrictas va a ser puesta en entredicho. Como Urano y Plutón son planetas transpersonales, que rigen en el Alma, tienen “prioridad” debido al momento que vivimos. Barrerán por dentro y por fuera. En Libra, nos obligará a discernir sobre con qué nos quedamos y con qué no.
Con todo, Plutón y Urano no van a destruir nada que no tenga que ver con la consciencia emergente, y Saturno sólo va a poder mantener aquello que sea útil para lo que viene. No será destruir por destruir, sólo caerá aquello que entorpezca el florecimiento de la nueva consciencia.
El crecimiento de la consciencia de todos es un juego energético entre Urano y Saturno: Saturno te dice hasta donde llegas, pone límites, y dentro de una disciplina férrea podemos fijar y automatizar ciertas cosas. Cuando llegas a ese límite debes transcenderlo y subir de octava, pasar de nivel. Esa subida rompedora es Urano, pues quiebra la seguridad y la estabilidad para poder renovar todo ese aprendizaje. Desmonta todo tu sistema de valores tradicional (Saturno) para que te la juegues, y ese salto conduce al aprendizaje y al conocimiento profundo.
Júpiter está en Aries conjunto a Urano. Es un potenciador, como un amplificador. Por tanto, si potencia la cuadratura de Urano con Saturno y Plutón, potenciará esa energía de renovación, rebelión y golpe, sea la que sea. Júpiter siempre pacta, nunca pelea, simboliza el orden a través del orden. Como la vibración de Acuario viene desde el espíritu, entendemos que el cambio debe venir a través de una revolución interna, pacífica, y hasta los cimientos. Revolución en lo social y en lo personal; desechar todo lo que ya no vale para resurgir.
Esta estructura nos va enseñar la verdad de nuestra existencia. No nos va a gustar lo que vamos a ver, pero tenemos la oportunidad de arreglarlo. Lo vamos a ver en todas las caras de la vida, también en la naturaleza. Grandes mentiras van a ser derrocadas, desmontadas, y obligadas a renovarse desde lo espiritual, que no significa necesariamente “lo místico”, sino lo referente a los valores del Alma: la ética, las leyes de funcionamiento de la vida, y la unidad como conjunto de pequeñas partes que son semejantes entre ellas.
Aquello que se rija por estas leyes, se mantendrá: todo aquello que favorezca el propio crecimiento, englobado dentro de un orden general de evolución conjunta, basado en la fraternidad, la libertad y el respeto por cualquier forma de vida, y apoyando el devenir conjunto de todos los seres. Vamos, lo absolutamente opuesto a lo que pasa hoy, que es lo que empezará a resquebrajarse. Como ya hemos empezado a ver en la economía mundial…
Por último, Marte hará su “entrada triunfal” el 12 de Julio, entrando en conjunción con Saturno. Marte es un planeta rápido, y no permanecerá mucho tiempo allí (saldrá el 19 de Agosto). La energía de Marte es fuerte, se le conoce como el Dios de la Guerra, y como tal actúa. Digamos que sumará una dosis de energía muy dura, violenta y potente a la tensión ya existente. Posiblemente lo detectaremos como la “plasmación” material de lo que hemos contado.
La Luna, además, que gira rapidísimo y está entre 2 y 3 días en cada signo, cada vez que “toca” alguno de los planetas involucrados lo activa. Con lo cual, tendremos arranques y frenadas constantes en función de como estén los aspectos. Será como el disparo de salida en la carrera.
El Alma va a ser la protagonista de la consciencia. O el futuro pasa por lo espiritual o no tenemos futuro. Esto no se arregla con una revolución como las que ya conocemos. Se necesita un golpe fuerte, pero será probablemente algo inesperado, sorpresivo y concentrado en el tiempo. Los cambios sucedidos en momentos de la historia pasada del hombre ya nos son conocidos, por ello el cambio actual vendrá por otros derroteros.
Hay que romper para poder rehacer, pero rehacer más cerca de la verdad. Nuevo orden, sí, pero el blanco, no el oscuro.
Es muy posible que veamos caer grandes estamentos en los próximos años, pues la energía de esta cuadratura se extenderá un tiempo al igual que las ondas en el agua causadas por un guijarro lanzado desde la orilla.
No obstante, es esencial mantener un tono alto, pues la tierra necesita de ello. Esta crisis va a usarse para dar un salto hacia adelante, no para eliminar a los humanos de la tierra. Olvidémonos de teorías sobre hecatombes, el fin del mundo y todas esas cosas. El mundo se acaba, sí, pero tal y como lo conocemos. Debe llegar un mundo nuevo, lo conocido como La Nueva Jerusalén, La Parusía o la Segunda Venida; o La Nueva Era, el Nuevo Paradigma o la Era de Acuario.
Dependerá de cada uno su nivel de aportación al cambio.