JUPITER

JUPITER

 

 

 

 

Simboliza la autoridad luminosa, el poderío que prodiga generosidad sin ninguna clase de reservas, la autosuficiencia inteligente y brillante, la nobleza del pensamiento que se eleva a la filosofía con ánimo deportivo, el cuerno de la abundancia que jamás se agota, el gran señor del cielo, el olímpico señor dueño del rayo-águila-y-la-serpiente. Como tal, la ley del Maestro Espiritual que todo lo concede sin esperar nada a cambio. En este sentido, Júpiter ha sido asociado siempre a la fortuna inagotable, a la grandiosidad en cualquier dominio positivo y digno, al dador incansable que jamás se agota.

 

Júpiter representa la revelación de la sabiduría suprema, la revelación de la bondad inagotable y de la existencia de una protección externa fundamental. Júpiter le revela al hombre de que en medio de sus confusiones, de sus contradicciones y afanes, existen fuera de él fuerzas que están para ayudarle a elevarse a otra condición. Le revela al hombre su condición soberana la cual, elevada en alas de la filosofía le permite saborear la existencia mediante la sabiduría (el águila), la fuerza (el rayo) y la prudencia (la serpiente). Júpiter revela lo abundante y desproporcionado. El ser humano ha estado acostumbrado a sus afanes cotidianos y Júpiter le hace ver posibilidades que no ha imaginado como existentes. El hombre que ha luchado día y noche solo, que ha ido al desierto solo, que ha buscado solitario una manera de trascender su condición corriente, al descubrir a Júpiter, descubre la existencia del Maestro Espiritual el cual desciende a extender su mano al solitario buscador. Por eso exclama el Salmista: “Quién es el hombre y quién el hijo del hombre para tú los visites?”.

 

Dentro de la tradición se indica que Júpiter se presenta en el segundo mes del desarrollo embrionario otorgando su protección y el impulso definitivo, la verdadera protección, y cuidadosamente vigila todo el segundo mes y acompaña al embrión hasta bien entrado el tercer mes como protegiendo lo de la agresividad inconsciente de Marte. Al mismo tiempo, en la región posterior del cerebro, en la parte frontal superior imprime especialmente su naturaleza siendo por ello que tal lugar es indicado como el asiento de la  naturaleza moral y religiosa del individuo.

 

La Tradición de la Ciencia Yoga relaciona a Júpiter con la suprarrenal derecha y con el Chakra Svadhistana, el cual desarrollado o iluminado permite al ser humano recordar sus existencias precedentes de manera que puede hacer así a su verdadera individualidad.

 

Es por todo ello que Júpiter está asociado a la abundancia, la generosidad, el Maestro Espiritual, la   fuerza emanando de la sabiduría, la filosofía, la alegría y la confianza serena de sí mismo, los ideales superiores, el afán de adquirir experiencias a través de los viajes, la relación con personas encumbradas, la salud intachable, la claridad mental, los deportes, el poder vital, lo ciclópeo, la fortaleza no común, los jefes oportunos y justos en sus mandatos, los halcones, los elefantes, los robles, las viñas, la epopeya, las olimpíadas, los coliseos,  los estadios, los aeródromos, los potros, la nobleza señorial, el gesto arrogante y fulminante, las universidades, los ministerios de justicia, el profesor universitario querido por sus alumnos, las academias famosas, los honores, la fortuna, el éxito arrollador, los gestos de soberana e iluminada dignidad, las graduaciones, los amigos poderosos, la calma, la moderación, la meditación apacible y plena de aristocrática distinción, la ironía fulminante como el rayo pero llena de inteligencia, bondad y oportunidad, el ojo derecho, la felicidad resplandenciente, la virtud, la honestidad hasta la intransigencia, la prosperidad, los altos cargos públicos, fluye de su mirada la grandeza del alma, la frente ancha, la prestancia imponente, los grandes filosófos jamás predicadores  de tristezas, los amantes de la aventura en todas sus consecuencias y en todos sus matices, los banqueros, los industriales prósperos, la afirmación absoluta, la expansión, la etapa de la madurez, los abogados y jurisconsultos, la jovialidad, la novela, la espontaneidad, el optimismo, naturaleza extrovertida por excelencia, la glotonería, la obesidad, los palacios legislativos, las asambleas, los procesos judiciales, el confort, la religiosidad, la moral, la administración, la benevolencia, el derroche, la fanfarronería, la aspiración metafísica, etc.

 

 

 

El semicírculo sobre la cruz representa el alma que se eleva sobre la materia.   

Bibliografía: Germán Rosas y La Llave de los Astros

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