MARTE

MARTE

 

Simboliza la fuerza desencadenada que sigue una línea recta en la consecución de sus fines, la energía que confía absolutamente en sí misma y derriba todos los obstáculos que encuentra en su paso, la potencia desafiante que rompe todo aquellos que se levanta para detenerla o desviarla, el rayo que una vez desencadenado le es imposible volver atrás  por más conveniente que ello fuera. En este sentido, Marte siempre ha sido asociado a las luchas, a las guerras, los celos, la franqueza y la sinceridad brutal.

 

Marte representa la revelación de la fuerza primitiva cuya positividad es lo heroico en la nobleza y cuya negatividad es la destrucción asesina por el
enceguecimiento de la inteligencia. Revela al ser humano una fuerza que él
difícilmente gobierna y que está manifestándose a través de sus inclinaciones
no pensadas, siempre caprichosas y exigiendo satisfacción a toda costa. Es la
revelación de un mundo instintivo, posesivo, despiadado, egoísta, mentiroso,
destructivo, de fealdad disfrazada de valentía, existiendo conjuntamente con un mundo donde duermen los anhelos de sacrificarse a sí mismo, de poner toda la fuerza para el provecho de los demás, de transformarse en un soldado de las causas justas. Sin embargo está confundida tanto esa dualidad que generalmente se obra como no se quiere;  de allí la expresión del Apóstol Pablo: “El bien que quiero hacer no hago y el mal que no quiero hacer, eso hago”, que el yoghi Vivekenanda lo ha recordado al decir: “Todos
somos capaces de hablar magistralmente de temas espirituales, pero en el
momento de actuar fracasamos lamentablemente”.

 

Marte revela ese mundo caótico e informa y explica el abismo que se abre entre pensar bien y obrar bien, entre predicar una doctrina y vivir conforme a ella; Marte está para que el ser humano pueda reconocer esa realidad de su mundo interior, para que reconociendo lo que realmente es no se empeñe en fingir o en autojustificarse, para que el puñal no lo dirija contra los demás sino contra su propia deformidad a fin de cortar sus raíces no importando que el dolor fuera desmesurado. 

Si la Luna es el inconsciente y su pasividad se expresa fácilmente por los sueños, las fantasías, etc. Marte es el medio de expresión del inconsciente y por eso se expresa con impertinencia, bajo el disfraz del soldado, abrillantado de armas, valentón y desenfrenado. Es el inconsciente en pleno día, mintiendo y destruyendo, firmando tratados de paz y desencadenando las guerras, lanzando discursos de patriotismo y sacrificio de sí mismo y permaneciendo pegado a los estratos más bajos de la materia, perteneciendo a sociedades filantrópicas y universalistas     y viviendo únicamente para acrecentar en sí mismo la egolatría más inimaginablemente disfrazada y aparatosa. 

Dentro de la Tradición se indica que Marte se presenta en el tercer mes del desarrollo embrionario, impregnando la energía indispensable, la fuerza, pero también dejando las semillas instintivas cuyos frutos cosecha y derrocha (si es que no puede ser controlado por la consciencia) a lo largo de toda la existencia. 

“Es fácil provocar crisis belicosas en un sujeto cualquiera manteniendo aplicado en su nuca una pequeña placa de hierro e inclusive varias sus actos mediante el cambio de metal” (Una matesis de psicología, yug yoga yoghismo, Dr. Serge Rainaud de la Ferriere, Ed. Diana, México, pág 104). 

La Tradición de la Ciencia Yoga relaciona a Marte con el Bazo y con el chakra
Manipura cuyo desarrollo e iluminación faculta al ser humano, según la
descripciones de la mencionada tradición, la capacidad de realizar la
transmutación de los metales así como de restituir la vitalidad y vigor a las
personas enfermas tan sólo con la emanación de su poder curativo.

 

Es por todo ello que Marte está asociado al espirítu guerrero, a toda clase de
milicia, a la ira y a toda las emociones que le son similares, las disputas y
divisiones, la temeridad y los accidentes, las armas de hierro, las
perturbaciones de la mente, toda clase de violencia, los ojos amarillentos, la
nariz aguileña, el coraje, la valentía impertinente, los cazadores, la cabeza
en general, el ojo izquierdo, los especialistas de la cirugía, la esgrima, los
herreros, los conquistadores, el donjuanismo, la violación, las muertes
violentas, los impulsos incontrolados, la virilidad combativa, el anhelo de dominación, los militares sanguinarios, los guardaespaldas, los tanques y todo lo blindado, la sangre, las hemorragias, el sadismo, la crueldad, los torturadores, los malhechores, los enemigos, los amantes, las agujas y todos los objetos punzantes, los condimentos, las emboscadas, los secuestros, las tradiciones, las críticas malintencionadas, los aviones suicidas, lo instintivo que encuentra placer en matar y en exponer la propia vida, la pasión, los celos insensatos e infundados, el rencor, el odio, el asesinato, el alcoholismo, los carniceros, los maquinistas, los trenes, la intrepidez, etc.

Marte está representado por el círculo con la cruz arriba, inclinada a la derecha, indicando como los instintos e impulsos vencen la materia.  

Bibliografía: Germán Rosas y La Llave de los Astros

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